viernes, 21 de septiembre de 2012

El éxito de la Familia Añaños

Recuerdo cuando de niño, allá por los "lejanos" años de 1994 y 95, probé con cierta candidez la primera bebida gaseosa que recuerdo (quizás probé otras antes, pero no las recuerdo), venía en un envase de cerveza pero su etiqueta delataba que no se trataba de una bebida alcohólica, el sabor hacía sentir el frutado de su combinación y en lugar de una bebida gaseosa parecía más un jugo con algo de gasificante.

Para quienes vivieron esa época en la sierra central del Perú, quizás recuerden que ese fue el comienzo de la expansión de un gigante que 20 años después ya llega al lejano oriente. Sí desconoce de que hablo debería averiguar (si no lo recuerda) el precio de las bebidas gaseosas en aquella época, un factor casi excluyente para la mayoría de personas que vivían alejados de las ciudades.



Los inicios
Pero esta historia es el resultado de muchas otras: Corrían los años ochenta y las acciones terroristas causaban estragos en el Perú, entre las acciones de barbarie que cometieron los grupos armados están el bloqueo de carreteras para el cobro de cupos, de esta manera los que eran por ese entonces principales comercializadores de bebidas gaseosas decidieron cesar los envíos.
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En aquel período la insania de los grupos armados se trasladó a los campesinos y familias que vivían de la agricultura, muchas personas se vieron afectadas. Entre ellos están los protagonistas, e inspiradores, de este relato: la familia Añaños. Es cierto que muchos de los agricultores y campesinos emigraron a las ciudades abandonando sus tierras, pero Eduardo y Mirta Añaños que tenían una pequeña chacra en el interior de Ayacucho, el empobrecido departamento donde nació Sendero Luminoso, que fue asaltada y devastada por un destacamento revolucionario. La pareja y sus hijos escaparon, ilesos, pero, en vez de huir hacia la costa como hicieron decenas de millares de familias campesinas y de clase media, se refugiaron en su pequeña vivienda de la ciudad de Ayacucho, dispuestos a sobrevivir con el sudor de su frente. (Fuente: Caretas)

Lo que otros veían como una tragedia, debió convertirse en el reto de supervivencia para esta familia, que después de notar la escasez de bebidas en su natal Ayacucho, decidió hacer un ingreso tímido al mercado de las bebidas gasificadas. Uno de los cinco hijos de Eduardo y Mirta Añaños, Jorge, ingeniero agrónomo, elaboró la fórmula de una nueva bebida. La familia hipotecó la vivienda, se prestó dinero aquí y allá, y reunió 30 mil dólares. Con esa suma fundó Kola Real en 1988 y comenzó a fabricar gaseosas en el patio de su casa, que embotellaba ella misma en botellas de cerveza y que también etiquetaban.


Las primeras gaseosas de Kola Real eran comercializadas en botellas de cerveza, aprovechando que el hermano mayor de los Añaños, Jorge, tenía experiencia con la distribución de esa bebida. Empezaron a producir en una rudimentaria máquina llamada "Atahualpa". Paradojas de la vida, hoy cuentan con una modernisima planta en las afueras de la ciudad de Puebla (México), en la zona industrial (Corredor Industrial Quetzalcóatl). La planta tiene cuatro líneas de embotellado totalmente automatizadas y una quinta se encuentra en prueba. Casi no existe un personal al interior de la misma, por la presencia de gigantescos robots que realizan casi todo el trabajo. 

En fin el resto de la historia es mucho más conocida, la inimaginable expansión del grupo a mercados tan lejanos como Tailandia, y muchas otras hazañas. Sin embargo los inicios de esta empresa son realmente admirablesy dignos de imitar. Si el post no los dejo satisfechos pueden encontrar una reseña más amplia y completa en La República y Caretas.


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